El sábado pasado, fui a El Escorial que está al noroeste de Madrid. El palacio de Felipe II era increíble. Con más de 600 cuartos, su propia basilica y una gran biblioteca, mi experiencia era algo que nunca voy a olvidar. Encontré el museo de la arquitectura muy interesante y me gustaron los planes y dibujos originales de la construcción del palacio. También, las salas de pintura eran impressionantes. Con obras de El Greco y otros pintores famosos, no hay duda que esta colleción era preciosa. Desfortunadamente, había una boda en la basilica durante mi visita. Solamente podía ver la iglesia por la puerta. Pero, lo que vi era tan hermosa que el resto de la area. Entonces, fui a la cripta real. No podía creer que tantos reyes y reinas eran entombados en el mismo lugar. Sus ataúdes de oro y jaspea eran impressionantes, uno encima del otro. A mí, la cosa más interesante en el palacio era el dormitorio del Felipe II. Un rey tan poderoso, con tan dinero, y un gran palacio en las montañas de España tenía un cuartito pequñisimo al lado de la basilica. Tenía una cama y algunos retratos devocionales y nada más. Su deseos para ser simple y humilde en los ojos de diós eran contradictorios al resto del palacio. Después del salir, pasé un rato en los jardines del palacio y miré a las vistas del palacio. Era preciosa. Las montañas bosquedas, un lago brillante y un pueblito en la valle creaban una vista como era una película. Me encantaba el palacio y de la aperecencia de sus posesiones y su palacio, no tengo duda que
Felipe II era un rey tan poderoso durante la época de la conquista del nuevo mundo.
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